El pasado sábado, Lionel Messi llevó a Inter Miami a la cima tras la victoria contra New England Revolution 6-2. El astro argentino anotó tres goles, asegurando que "Las Garzas" se convirtieran en el equipo con más puntos en una temporada en la historia de la MLS. La celebración fue en grande, con fuegos artificiales y cánticos, pero en medio de la fiesta, el capitán de la Selección Argentina tuvo que asumir su rol de padre.
Como es habitual, toda la familia Messi se unió en el campo del Chase Stadium para festejar la victoria, que además les aseguró un lugar en el Mundial de Clubes 2025. Mientras celebraban, sus hijos Thiago y Ciro encontraron una pequeña pelota de fútbol para jugar, pero Ciro se la arrebató a su hermano mayor.
Thiago, tratando de resolver la situación, le dijo a Ciro: "'¡Es mía!", pero el pequeño no hizo caso, por lo que tuvo que recurrir a su papá. Con un solo gesto firme, Messi le indicó a Ciro que le devolviera la pelota a su hermano. Ciro, aunque a regañadientes, obedeció, pero en lugar de entregársela en la mano, se la lanzó al pecho. Mientras tanto, Mateo, el hijo del medio, se divertía con otros niños en el campo, tras haber convencido a su padre de que le prestara la cinta de capitán.